miércoles, 29 de abril de 2009

Dìa Internacional del Trabajo


Mensaje en el Día Internacional del Trabajo y Festividad de San José Obrero

“Si el trabajador quiere tener participación, no tiene más que un camino: unirse a sus compañeros de trabajo”

Con esta desafiante frase del Padre Hurtado, quiero saludar esta vez, con motivo del 1º de Mayo a todos los trabajadores y trabajadoras.

La conmemoración de éste Día tan ligado a la lucha por un trato digno para las personas, la humanización laboral, lo que particularmente se quiso concretar en conseguir ocho horas de trabajo diarias y que tuvo su culminación en el martirio de Chicago el año 1886, debería ser hoy para nosotros una jornada especial de reflexión y evaluación de la realidad del mundo del trabajo, particularmente de los trabajadores y la fuerza de sus organizaciones en este momento.

Lamentablemente, aún persiste alto índice de cesantía; muchos se sienten inseguros en el empleo; hay trabajadores en labores precarias, que no ven recompensados sus esfuerzos por un sueldo justo y decente; hay tantos que por llegar a cierta edad no pueden conseguir un trabajo estable y si lo logran viven con temor a perderlo; es común constatar la indefensión que padecen trabajadores “subcontratados” para los cuales el pago de las leyes sociales es tan incierto. ¡Que triste es ver como tantos matrimonios y familias se van destruyendo por el desequilibrio en la concepción del trabajo!

En momentos difíciles, está brillando una luz de esperanza para todos los trabajadores: el Padre Hurtado. Mostró un camino: la unidad.

Más que nunca ahora es urgente escuchar ese mensaje profético de nuestro Santo Chileno, tan amigo y cercano en su tiempo al mundo del trabajo, como algo central en la convivencia social.

Sin lugar a dudas, las problemáticas e inquietudes laborales serán escuchadas y solucionadas, si los trabajadores y en especial sus Dirigentes que conforman las Centrales, Confederaciones, Federaciones, Sindicatos y Organizaciones, están unidos entre sí, procurando por encima de todo el bien común y no dividendos personales y partidistas.

Sólo la unidad les hará ser un interlocutor válido y creíble frente al Gobierno, Parlamento y Empresariado.

Con reconocimiento por el aporte inmenso que cada trabajador hace cada día por el bien de la Patria y renovando la confianza en el Señor que nos regalará la unidad para seguir trabajando mejor por Su Creación, que nunca ha de perder su “rostro y su imagen” y pidiendo la intercesión de San José Obrero, el Carpintero de Nazareth, les ruego cuenten siempre con este amigo,

Pbro. Ignacio Muñoz M
Vicario Episcopal
Pastoral de los Trabajadores
Arzobispado de Santiago
Santiago,1º de Mayo de 2004

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